Kodomo manga

Por todos es conocido y valorado el arte de la ilustración de Japón, aunque habitualmente lo relacionamos con ilustraciones juveniles más que infantiles. Vamos a dedicar unos minutos a este ámbito desconocido que es, sin embargo, el origen de la exitosa corriente actual centrada en los jóvenes.

Entre 1920 y 1930 surgieron y triunfaron los primeros cómics dedicados a los niños, con títulos como Las aventuras de Shochan o Los Tres Mosqueteros con botas en la cabeza. Aquí vemos unas ilustraciones anónimas de la época:

Posteriormente el manga evolucionó hasta encontrar el estilo que vemos en la actualidad. Sin embargo, entre tanta chica con ojos enormes, samuráis y otros convencionalismos encontramos autores que nos acercan a una ilustración más dócil.

Los visitantes asiduos a nuestro blog ya conocerán a Satoshi Kitamura, autor e ilustrador japonés con títulos tan célebres como Perro tiene sed, ¿Yo y mi gato? o Pato está sucio.

Taro Gomi, por su parte, es autor de más de 350 libros que han sido traducidos a 15 idiomas. Se han vendido más de 1.500.000 ejemplares de su colección Rakugaki. Entre sus libros encontramos títulos como Garabatos, Cocodrilo va al dentista o A moverse.

El fenómeno de masas que ha supuesto el manga puede ser el motivo por el que en Japón se cuida con tanto mimo todo lo relacionado con la ilustración. El gobierno nipón ha creado diferentes proyectos para impulsar la creación y conservación de sus obras. Uno lo ha llevado a cabo la Universidad de Kyoto Seika, estableciendo el primer programa nacional de Manga que atrae hoy a estudiantes de todas las nacionalidades. En el año 2000 sólo contaba con 19 estudiantes extranjeros, actualmente son 57 de un total de 800 alumnos.

Por otro lado, La Universidad Meiji, en Tokyo, está construyendo una biblioteca que albergará la colección de manga más grande del mundo. Su apertura está prevista para el 2014. Habrá que ir verla, ¿no?